La biblioteca de Fort Pienc es una gran biblioteca…pero cuando entramos allí, nos encontramos con algo extraño… la biblioteca de Fort Pienc, se había vuelto pequeñita. Y no solo eso, tenía una sola luz… y tenía una sola ventana, eso sí, con muchas flores… y tenía una sola puerta… también tenía muchos libritos… y un plumero rojo, para sacar el polvo, de esos libritos… y una bolsa para guardar las cosas curiosas…pero ningún gran libro secreto, (digo gran, porque imagino que los libros secretos son grandes, y ocupan mucho espacio)

Entonces sucedió, que la bibliotecaria Georgina, comenzó a sorprendernos mostrándonos todo lo que se puede encontrar dentro de algo tan pequeñito, y tanto nos sorprendió, que de un momento a otro, nos encontramos haciendo un viaje para ayudar a los personajes de los cuentos populares, a recuperar sus objetos, que mágicamente, habían aparecido en esta preciosa bibliotequita andante…una hoja de col de Patufet… unas judías mágicas  … una moneda de la ratita presumida…

Viajamos en barco pirata, vimos árboles con formas extrañas y hasta cantamos una canción para lograr llegar al destino donde se encontraba el gran libro secreto… ¡y lo encontramos!

Y cuando lo encontramos, quedamos anonadados mirando los dibujos de los personajes, las características de cada uno… y las direcciones… ¡¡¡teníamos todas las direcciones para escribirles miles de cartas!!!! ¡¡¡Ya podíamos devolverles sus objetos!!!

Entonces  cerramos la bibliotequita pequeña e inmediatamente aparecimos en la biblioteca grande, que curioso había sido todo…

Gracias Marga, por esta historia secreta, que compartiste con todos nosotros…

Texto escrito por Laura García, una de las voluntarias de Munt de Mots